sábado, 24 de agosto de 2013

Resumen

Las células ciliadas de los conductos semicirculares (CS) y los otolitos  convierten la energía mecánica generada por movimientos de la cabeza en descargas neurales que se dirigen a áreas específicas del tronco cerebral y el cerebelo.

 Los CS proporcionan información sensorial acerca de la velocidad de la cabeza, para que el RVO genere un movimiento ocular de igual velocidad y sentido contrario al  de la cabeza con objeto de que el ojo permanezca inmóvil en el espacio durante el movimiento de aquélla, consiguiendo una visión clara. El impulso nervioso en el nervio vestibular es proporcional a la velocidad de la cabeza, dentro del rango de frecuencias
en el cual se mueve normalmente (0,5-7 Hz).

 Cada CS membranoso forma con su ampolla y el utrículo un anillo cerrado y lleno de endolinfa. Si este anillo gira en su propio plano, la endolinfa queda retrasada respecto a la pared del CS, en virtud de su inercia. Como en cada laberinto existen 3 canales semicirculares perpendiculares entre sí, pueden ser percibidas las rotaciones alrededor de cualquier eje.

 Existe un acoplamiento mecánico entre la cúpula y la endolinfa, de manera que toda corriente endolinfática conduce necesariamente a la inclinación o deformación de la cúpula. Ambas forman, por tanto, un sistema capaz de vibrar por la actuación de aceleraciones rotatorias.

 Durante una aceleración angular, la endolinfa se desplaza en el mismo sentido  que la cabeza, pero dada la inercia del sistema cúpula-endolinfa, la amplitud del movimiento endolinfático es menor. Hay pues, un movimiento relativo de la endolinfa  en sentido contrario al del canal membranoso y al de la cabeza.


http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10040/ortuno.pdf?sequence=1

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